Josefov fue uno de los lugares que más nos impactó durante nuestra visita a Praga. No solo por lo que se ve, sino por lo que se siente. Pasear por sus calles es recorrer siglos de historia, de cultura, de resistencia… y también de dolor.
Josefov fue uno de los barrios que más nos hizo reflexionar durante nuestra visita a Praga. No es un lugar que se recorra solo por sus monumentos, sino por lo que representa. Mientras caminábamos por sus calles, entendimos que aquí se vivió una historia distinta, marcada por la resistencia, la fe y también por el sufrimiento.
En este artículo te proponemos un recorrido por Josefov, el barrio judío de Praga, tal y como lo vivimos nosotros. Visitaremos sus sinagogas, su cementerio, sus calles y sus símbolos, mientras te contamos cómo surgió, cómo evolucionó y por qué sigue siendo una visita imprescindible para entender la historia de la ciudad.
Breve historia de Josefov
La comunidad judía de Praga tiene raíces muy antiguas. Se estableció en la ciudad desde al menos el siglo X, y con el tiempo se fue concentrando en lo que hoy conocemos como Josefov. Durante siglos, este barrio fue un gueto, rodeado por murallas, con normas propias y una vida muy activa, pero también limitada por leyes que restringían derechos y libertades.
Nos sorprendió saber que, a pesar de las condiciones difíciles, Josefov fue uno de los centros judíos más importantes de Europa Central. Aquí se fundaron escuelas, sinagogas, y se desarrolló una vida cultural muy rica. Pero también hubo expulsiones, persecuciones y momentos muy duros, como los pogromos del siglo XIV o las restricciones impuestas por los Habsburgo.

En el siglo XIX, el barrio cambió por completo. Se llevó a cabo una reforma urbanística que derribó buena parte del gueto original. Muchas casas fueron demolidas y se construyeron edificios modernos, pero el trazado del barrio y sus monumentos principales se conservaron. Fue una transformación que borró los muros físicos, pero no la memoria.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Josefov vivió uno de sus capítulos más oscuros. La comunidad judía fue prácticamente exterminada por los nazis. Hoy, muchas de las sinagogas funcionan como museos o memoriales, y el barrio entero se ha convertido en un lugar de recuerdo.
Los principales lugares que visitar en Josefov. Nuestro recorrido
Caminar por Josefov es hacerlo por siglos de historia. Y aunque el barrio ha cambiado mucho, sigue siendo un espacio que invita a la reflexión. Para nosotros, fue una visita imprescindible para entender no solo la historia de Praga, sino también la de Europa.
Lo más práctico es comprar la entrada combinada del Museo Judío de Praga, que incluye acceso a varias sinagogas, al Antiguo Cementerio Judío y a exposiciones permanentes. Puedes adquirirla en cualquiera de las sinagogas o reservarla online: Museo Judío de Praga.
Recomendamos realizar la visita por la mañana, fuera de los fines de semana, para evitar las aglomeraciones y dedicar unas 2-3 horas a la visita.
La Sinagoga Vieja-Nueva (Altneuschul)
La Sinagoga Vieja-Nueva fue uno de los primeros lugares que visitamos en Josefov, y también uno de los que más nos impresionó. No por su tamaño ni por su decoración ya que es bastante austera, sino por lo que representa: es la sinagoga más antigua de Europa en uso continuo, construida en el siglo XIII, y sigue funcionando como lugar de culto.
Desde fuera, su aspecto es sobrio, con muros de piedra y tejado escalonado. Pero al entrar, se nota que estás en un lugar con siglos de historia. El interior es oscuro, con bancos de madera y una atmósfera que invita al respeto. Nos sorprendió lo pequeña que parece, pero también lo cargada de simbolismo que está.

Aquí se han celebrado oraciones durante más de 700 años, incluso en los peores momentos de la historia del barrio. Durante la ocupación nazi la sinagoga fue respetada, algo que no ocurrió en otros lugares. Hoy sigue siendo el centro espiritual de la comunidad judía de Praga.
El Golem de Praga
Uno de los elementos más curiosos que rodean a esta sinagoga es la leyenda del Golem de Praga. Según la tradición, el rabino Judah Loew (Rabí Löw), que vivía en el barrio en el siglo XVI, creó un ser de barro para proteger a la comunidad de los ataques antisemitas. Se dice que el Golem fue guardado en el desván de la sinagoga, y aunque nunca se ha encontrado nada allí, la historia sigue viva y es parte del imaginario popular de la ciudad.
Nos gustó especialmente que, a pesar de ser un lugar tan antiguo, la sinagoga no se ha convertido en un museo. Sigue siendo un espacio vivo, con servicios religiosos y una comunidad que la mantiene activa. Es una visita que recomendamos hacer con calma, leyendo los paneles explicativos y, si es posible, con una guía que te cuente las historias que no están escritas.
El Antiguo Cementerio Judío
Después de visitar la Sinagoga Vieja-Nueva, nos dirigimos al Antiguo Cementerio Judío, uno de los lugares más impactantes de Josefov. Aunque ya habíamos visto fotos antes del viaje, estar allí en persona fue otra cosa. Es un lugar que impone, que emociona y que te obliga a bajar el ritmo.
Este cementerio estuvo en uso desde principios del siglo XV hasta finales del XVIII. Durante siglos, fue el único lugar donde se permitía enterrar a los judíos de Praga, lo que explica por qué las tumbas están tan juntas, unas sobre otras, en varios niveles. Se calcula que hay más de 12.000 lápidas visibles, pero debajo puede haber hasta 100.000 personas enterradas.
Una de las tumbas más visitadas es la del Rabí Judah Loew (Rabí Löw), el mismo que, según la leyenda, creó al Golem para proteger a la comunidad. Su tumba está cubierta de piedras y papelitos con deseos, siguiendo la tradición judía. Dejamos también una piedra, como hacen muchos visitantes, en señal de respeto.

El cementerio forma parte del recorrido del Museo Judío de Praga, y la entrada incluye también varias sinagogas. Recomendamos hacer la visita con calma, sin prisas, y si es posible, con una audioguía o una visita guiada para entender mejor lo que estás viendo.
Para nosotros, fue uno de los lugares más conmovedores de todo el viaje. No solo por lo que representa, sino por cómo se conserva la memoria de una comunidad que, a pesar de todo, dejó una huella profunda en la historia de Praga.
Otras sinagogas de Josefov
Después de visitar la Sinagoga Vieja-Nueva y el Antiguo Cementerio Judío, seguimos recorriendo Josefov para conocer el resto de sus sinagogas. Lo que más nos sorprendió fue lo distintas que son entre sí. Cada una tiene su estilo, su historia y su función, y juntas forman un recorrido muy completo por la vida religiosa y cultural del barrio.
Sinagoga Española
La primera que visitamos fue la Sinagoga Española, y fue un cambio total de ambiente. Su interior está decorado con motivos moriscos, colores cálidos y detalles geométricos que recuerdan a la Alhambra. Fue construida en el siglo XIX sobre una sinagoga más antigua, y hoy es una de las más bonitas de Europa. Nos quedamos un buen rato admirando el techo, las columnas y el ambiente tranquilo que se respira dentro.
Sinagoga Pinkas
La siguiente parada fue la Sinagoga Pinkas, que hoy funciona como memorial a las víctimas del Holocausto. En sus paredes están escritos los nombres de más de 77.000 judíos checoslovacos asesinados por los nazis. Caminar por sus pasillos en silencio fue una experiencia muy dura, pero necesaria. También hay una exposición con dibujos hechos por niños del campo de concentración de Terezín. Salimos de allí con el corazón encogido.

Sinagoga Maisel
La Sinagoga Maisel fue una sorpresa. No esperábamos encontrar una exposición tan bien montada sobre la historia de los judíos en Bohemia. Fue construida en el siglo XVI por Mordechai Maisel, un importante financiero del barrio, y ha sido restaurada varias veces. Aquí aprendimos mucho sobre la vida cotidiana, las tradiciones y los cambios que ha vivido la comunidad judía en Praga.
Sinagoga Klausen
Terminamos el recorrido en la Sinagoga Klausen, justo al lado del cementerio. Es la más grande del barrio y alberga una exposición sobre las tradiciones judías: el ciclo de la vida, las festividades, los objetos rituales… Nos pareció muy útil para entender mejor todo lo que habíamos visto durante el día.
El Ayuntamiento Judío y el reloj con caracteres hebreos
Justo al lado de la Sinagoga Vieja-Nueva nos encontramos con el Ayuntamiento Judío, otro de los símbolos de Josefov. Aunque no es tan llamativo como otras construcciones del barrio, tiene una historia muy interesante y un detalle que nos llamó mucho la atención: su reloj con caracteres hebreos, que gira en sentido contrario al habitual.
Las letras hebreas marcan las horas, y las agujas giran de derecha a izquierda, siguiendo el sentido de lectura del hebreo. Es un detalle pequeño, pero muy simbólico. Nos pareció una forma elegante de mostrar la identidad cultural del barrio, incluso en algo tan cotidiano como un reloj.

El edificio fue construido en el siglo XVI y ha sido reformado varias veces. Durante siglos, fue el centro administrativo de la comunidad judía de Praga, donde se tomaban decisiones importantes y se organizaban las actividades religiosas y sociales del gueto.
Aunque no se puede visitar por dentro, merece la pena acercarse para ver el reloj y entender su significado. Es uno de esos rincones que pasan desapercibidos si no sabes lo que estás mirando, pero que tienen mucho que contar.
Staré Mesto y Josefov, convivencia y tensiones históricas
Paseando por Staré Mesto, llama la atención lo cerca que está el barrio judío, Josefov. Apenas hay unas calles que los separan, pero la historia que los une, y a veces los ha enfrentado, es larga y compleja. Decidimos acercarnos a esa frontera invisible entre ambos barrios, donde la convivencia durante siglos dejó huellas profundas.
En la Edad Media, los judíos de Praga vivían en lo que entonces era un gueto amurallado, justo al norte de Staré Mesto. Aunque estaban físicamente separados, el contacto comercial y cultural era constante. Los comerciantes judíos eran fundamentales para la economía de la ciudad, y muchos de ellos tenían negocios en las calles de Staré Mesto. Sin embargo, también hubo épocas de tensión, discriminación y violencia, especialmente durante los siglos XIV y XV.
Junto a una placa que recordaba la expulsión de los judíos en 1541 nos dimos cuenta que, a pesar de los conflictos, Josefov fue uno de los barrios judíos más influyentes de Europa Central. Su cercanía con Staré Mesto no fue casual: era una relación de dependencia mutua, aunque marcada por desigualdades.
Hoy, esa frontera ya no existe. Los dos barrios se funden en un mismo trazado urbano, y caminar de uno a otro es tan natural como cruzar una calle. Pero si prestas atención, aún puedes notar diferencias en la arquitectura, en los nombres de las calles, en los símbolos que decoran las fachadas.
Nos ha parecido importante incluir esta parte del recorrido porque ayuda a entender que Praga no es solo una ciudad de belleza monumental, sino también de historias complejas, de convivencia y resistencia. Y Staré Mesto, como barrio central, fue testigo directo de todo ello.
¿Cómo es Josefov en la actualidad?
Hoy Josefov ya no es un gueto ni un barrio cerrado. Forma parte del centro histórico de Praga y se puede recorrer fácilmente a pie. Aun así, sigue teniendo una identidad muy marcada. Nosotros lo visitamos con calma, dedicando varias horas a recorrer sus sinagogas, el cementerio y los rincones menos conocidos, y nos pareció una de las zonas más interesantes de la ciudad.
La mayoría de los monumentos forman parte del Museo Judío de Praga, y lo mejor es comprar una entrada combinada que incluye el acceso a varias sinagogas, al cementerio y a exposiciones permanentes. También hay visitas guiadas que explican muy bien la historia del barrio y de la comunidad judía en Bohemia. Si tienes tiempo, merece la pena hacer una.
Nos sorprendió que, a pesar de ser una zona muy turística, Josefov mantiene un ambiente tranquilo. No hay grandes multitudes como en otras partes de Praga, y eso permite disfrutar mejor de cada lugar. Además, hay pequeños cafés, librerías y tiendas especializadas que le dan un aire más local.
Más allá de los monumentos, lo que más nos llamó la atención fue cómo el barrio conserva la memoria viva del judaísmo en Praga. No solo como recuerdo del pasado, sino como parte de la identidad cultural de la ciudad.
Nuestra visita a Josefov
Visitar Josefov fue una de las experiencias más intensas de nuestro viaje a Praga, sobre todo por lo que representa. Aquí se concentra buena parte de la historia de la comunidad judía en Europa Central: siglos de vida, cultura, fe… y también de persecución y resistencia.
Cada sinagoga, cada lápida del cementerio o cada rincón del barrio tiene algo que contar. Y aunque hoy Josefov está integrado en el centro de la ciudad, sigue conservando una identidad muy marcada. Para nosotros, fue una visita que nos hizo parar, pensar y entender mejor la historia de Praga.
Si estás planeando tu viaje, te recomendamos recorrer Josefov junto a Staré Mesto. Son dos barrios que crecieron juntos, que compartieron momentos de convivencia y de tensión, y que hoy forman parte de una ciudad que no se entiende sin su pasado.
Te recomendamos leer nuestro artículo con lo mejor que ver en Praga en 5 días, para conocer el resto de la ciudad.
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