Nota importante: Este artículo está basado en nuestra experiencia personal durante nuestro viaje a Disneyland París en verano de 2025. Los precios, atracciones, espectáculos y servicios mencionados pueden haber cambiado con el tiempo. Te recomendamos consultar la web oficial de Disneyland París para obtener información actualizada si estás planificando tu visita.
¿Quién no sueña con pasar unos días en Disneyland París? Aunque acabamos de regresar, nosotros mismos estaríamos encantados de hacer la maleta otra vez y volver a cruzar sus puertas mágicas. Y probablemente tú también, porque si has llegado hasta aquí es que estás buscando información sobre el parque temático más famoso de Europa.
Este diario de tres días en Disneyland París forma parte de un viaje más amplio de diez días por Francia en coche, que puedes leer en otro artículo. Pero la intensidad y la magia de la experiencia en Disney merecían su propio espacio. Aquí te lo contamos con más detalle: qué vimos, cómo lo organizamos y qué consejos prácticos sacamos en limpio para quienes estén pensando en lanzarse a la aventura.
Prepárate para sumergirte en un mundo donde las princesas pasean entre los visitantes, los superhéroes aparecen en cualquier esquina, y cada rincón parece diseñado para sorprenderte. Pero también hablaremos de las colas (inevitables), de las comidas temáticas, de los espectáculos que te dejan sin aliento y de esos momentos únicos que se convierten en recuerdos imborrables.
¿Cuántos días son necesarios para visitar Disneyland París?
Cuando empezamos a preparar nuestro viaje a Francia, esta fue una de las preguntas que más vueltas nos dio. ¿Cuántos días dedicar a Disneyland París? Porque claro, si nos dejamos llevar por la ilusión, la respuesta es fácil: cuantos más, mejor. Pero el tiempo, y el presupuesto, siempre tienen algo que decir.
En nuestro caso, era la segunda vez que visitábamos el parque, pero la primera con niños. Y eso cambia mucho la experiencia. Desde esa perspectiva, creemos que entre 3 y 4 días es una duración perfecta para disfrutar de los dos parques del complejo sin prisas, sin agobios y sin la sensación de haberte perdido lo mejor. Aunque, siendo sinceros, algo siempre se queda fuera: espectáculos que no encajan en el horario, atracciones con colas imposibles o simplemente momentos de descanso que se imponen.
Si solo tienes un día, también puedes aprovecharlo si te organizas bien, pero se te hará corto. Muy corto. Nosotros, tras muchas deliberaciones, y alguna reserva cancelada por el camino, decidimos quedarnos 3 días, aunque el último lo aprovechamos solo hasta media tarde, ya que teníamos que viajar hasta Tours, nuestro siguiente destino.

¿Dónde es mejor alojarse para visitar Disneyland Paris?
Buscar alojamiento para visitar Disneyland París es, en sí mismo, una pequeña aventura. Las opciones son muchas y cada una tiene sus pros y sus contras. Nosotros estuvimos dándole vueltas durante semanas, comparando precios, ubicaciones, servicios… incluso hicimos varias reservas que luego cancelamos. Porque sí, elegir dónde dormir en Disney no es tan sencillo como parece.
Básicamente, las opciones se dividen en tres grandes grupos:
Alojarse en un hotel Disney
Es la opción más cómoda, pero también la más cara. Eso sí, dentro de los hoteles Disney hay varios niveles:
- Disneyland Hotel: el mejor situado, justo en la entrada del parque. Pero también el más exclusivo. Vamos, que no es apto para todos los bolsillos. De hecho, solo apto para muy pocos.
- Disney Hotel New York – The Art of Marvel, Disney Newport Bay Club y Disney Sequoia Lodge: están alrededor del lago del complejo. Son perfectos para ir andando hasta los parques sin que el precio se dispare demasiado. Los dos últimos son más económicos. En unos 10–15 minutos andando estás en las taquillas.
- Disney Hotel Cheyenne y Disney Hotel Santa Fe: más económicos que los anteriores, pero también más alejados. Ir andando puede suponer unos 20–25 minutos, aunque siempre puedes contar con los autobuses gratuitos.
- Disney Davy Crockett Ranch: no es exactamente un hotel, sino unas cabañas muy chulas en plena naturaleza. Desde aquí ya es imposible ir andando, pero también tienes autobuses gratuitos.

Ventajas comunes de los hoteles Disney:
- Estás cerca del parque o dentro del complejo.
- Tienes transporte gratuito al parque.
- Parking gratuito si vas en coche.
- Ambientación temática que prolonga la magia más allá del parque.
- Acceso a la Hora Mágica, una hora antes de la apertura oficial.
Alojarse en un hotel asociado Disney
Estos hoteles no son propiedad de Disney, pero tienen acuerdos con ellos para ofrecer transporte gratuito al parque. Suelen ser más económicos, aunque hay que tener en cuenta que no es tan exclusivo y los tiempos de espera pueden ser mayores. Además, el autobús es el mismo para todos, así que puede que cuando llegue al tuyo esté lleno.
Alojarse cerca de Disneyland (pero fuera del complejo)
Por ejemplo, en Val d’Europe, que está a una parada de tren. O un poco más alejado, como mucho a 2–3 paradas, para que los desplazamientos no se hagan eternos. Esta opción puede ser interesante si quieres ahorrar o si prefieres tener acceso a supermercados y restaurantes más variados.
Y sí, también puedes alojarte en París si quieres combinar la visita a Disney con turismo por la ciudad. Pero si vas a estar varios días en el parque, no lo recomendamos: se te va mucho tiempo en desplazamientos y, con niños, eso se nota.
Vale, vale, pero, ¿qué elegimos nosotros y por qué?
Esto es lo que estáis deseando saber, suponemos. Pues bien, después de mucho pensar, decidimos alojarnos en un hotel Disney, concretamente en el Newport Bay Club. ¿Por qué?
- Está situado muy cerca de la entrada: unos 15 minutos andando hasta las taquillas y 10 hasta Disney Village. Esto nos permitió ahorrar tiempo y energía en desplazamientos.
- Estar alojado en un hotel Disney hace que la experiencia sea mucho más inmersiva. La magia no desaparece cuando sales del parque: sigue en el hotel, con su ambientación temática y personajes con los que puedes hacerte fotos.
- Tienes acceso a la Hora Mágica, que te permite entrar una hora antes que el resto. No es que el parque esté vacío, pero hay mucha menos gente y, por tanto, menos colas.
- Al estar tan cerca, puedes volver al hotel a descansar un par de horas y recargar pilas. En invierno esto igual no es tan útil porque el parque cierra pronto, pero en verano, que cierra a las 23h, es una maravilla: puedes irte después de comer y volver a media tarde para seguir disfrutando.
El Newport Bay Club está inspirado en los resorts costeros de Nueva Inglaterra a principios del siglo XX. Con más de 1.000 habitaciones, es uno de los hoteles más grandes de Francia y uno de los más populares entre las familias que visitan Disneyland París.
Consejos para las comidas en Disneyland Paris
Aquí viene otro de los temas espinosos del viaje: comer en Disney. Y lo decimos sin rodeos: comer en los parques temáticos es caro. Carísimo. Lo más barato que vas a encontrar son los restaurantes de comida rápida, con menús que rondan los 15–18 €. Pero si te apetece ir a un buffet o a un restaurante de servicio a mesa, prepárate para pagar entre 40 y 80 € por persona. Y encima, muchos de ellos requieren reserva con semanas de antelación.
¿Y los desayunos en los hoteles Disney? Pues también son caros. En el Newport Bay Club, donde nos alojamos, el desayuno costaba 30 € por adulto y 24 € por niño. En el Santa Fe es algo más barato, pero no mucho más. Eso sí, la calidad es buena y el ambiente muy cuidado.
¿Hay opciones más económicas? Sí, y aquí viene una de las ventajas que no todos los parques temáticos ofrecen: puedes entrar con tu propia comida. Esto es especialmente útil si te alojas en Val d’Europe, donde hay un centro comercial con supermercado y restaurantes. Pero si te alojas en un hotel Disney, las opciones para comprar comida fuera son prácticamente inexistentes.
En Disney Village también hay alternativas más asequibles, como McDonald’s o Earl’s of Sandwich, que para muchos es el mejor de la zona.
¿Qué hicimos nosotros?
Durante los tres días que estuvimos, hicimos cinco comidas en restaurantes de comida rápida. Y aunque el nombre pueda sonar a “comida basura”, la realidad es que hay opciones muy variadas y de buena calidad. Son caros, sí, pero la comida está muy buena. En algunos restaurantes incluso puedes hacer el pedido desde el móvil, lo que te permite ahorrar tiempo y evitar colas.
Para desayunar, uno de los días tiramos la casa por la ventana y pagamos los 108 € del desayuno en el hotel. Muy bueno, sin duda, pero una barbaridad si quieres repetirlo cada día. El otro día fuimos al McDonald’s a desayunar. Mucho más barato, aunque claramente menos especial. Esto ya depende de lo que cada uno valore más: la experiencia o el ahorro.
En Francia, por ley, los restaurantes deben ofrecer agua del grifo gratuita si el cliente la solicita. En Disneyland París esto se cumple, y puedes pedirla sin coste en cualquier restaurante. Además, hay fuentes de agua potable repartidas por todo el parque para rellenar tus botellas. Es, probablemente, lo único gratis en todo Disney.

¿Y los planes de comida?
Cuando reservas un hotel Disney, puedes añadir planes de comida que incluyen desayunos, comidas y/o cenas. Nuestra experiencia fue la siguiente:
- Si vas a comer y cenar en buffets o restaurantes de carta, el plan puede salir rentable. Pero tienes que hacerlo en todas las comidas.
- Si prefieres comida rápida, es mejor pagar en el momento: el plan no compensa.
- El plan de solo desayuno cuesta lo mismo que pagarlo directamente, pero te obliga a desayunar todos los días en el hotel. Si prefieres flexibilidad, mejor no contratarlo.
Nosotros, como ya imaginarás, no compramos ningún plan de comida. Y como curiosidad, los planes permiten comer o cenar (no desayunar) también en los buffet de los demás hoteles Disney, no solo en los restaurantes de los parques ni en el hotel en el que te alojes.
¿Cómo evitar colas en las atracciones de los parques Disney?
Esta es otra de esas preguntas que nos hicimos muchas veces antes de ir… y que nos seguimos haciendo mientras estábamos allí. Porque sí, las colas son parte del viaje, y hay atracciones en las que, inevitablemente, te vas a encontrar con esperas largas. Pero hay formas de evitarlas, o al menos reducirlas, si sabes cómo moverte.
- Comprar Disney Premier Access Ultimate. Es la opción más cara, pero también la más directa. Cuesta un mínimo de 90 € por persona y te permite saltarte la cola una vez en cada atracción disponible. No está disponible en todas, pero sí en las más populares. Lo bueno es que puedes usarlo cuando quieras, sin necesidad de reservar franja horaria.
- Comprar Disney Premier Access One. Es parecido, pero más flexible en precio. Aquí pagas solo por las atracciones que elijas, y te asignan una franja horaria para entrar sin hacer cola. El precio varía entre 5 y 16 € por atracción. Puede salir más rentable si solo quieres evitar colas en unas pocas atracciones. Eso sí, hay que tener en cuenta que no puedes ir cuando quieras, sino en el horario que te asignen.
- Tener una discapacidad. Esto ya no es algo que puedas elegir, claro. La discapacidad se tiene o no se tiene. Pero si la tienes (no tiene por qué ser solo física) puedes solicitar una tarjeta especial con tu foto y nombre que funciona como el Premier Access Ultimate. Puedes entrar por la cola rápida tantas veces como quieras, y además pueden acompañarte hasta 4 personas en atracciones cerradas y 2 en espectáculos al aire libre.
- Acceso por enfermedades crónicas. Disney reconoce 30 enfermedades crónicas que permiten acceder a un sistema similar al Premier Access One. En este caso, necesitas llevar un informe médico. Te asignan una franja horaria para cada atracción, evitando esperas prolongadas. Puedes consultar la lista completa de enfermedades en la web oficial de Disneyland París.
Consejo para evitar colas desde nuestra experiencia
Las colas más largas suelen formarse entre las 11:00 y las 15:00 h por lo que se aconseja evitar esas horas. Lo bueno es que si vas en verano a media tarde suele empezar a irse la gente y tendrás menos colas hasta la hora de cierre, que son las 23h. Por otra parte, si te alojas en un hotel Disney, aprovecha la Hora Mágica para subir a las atracciones más populares antes de que se llenen.
Respecto a la hora de la comida, mucha gente recomienda comer temprano o tarde. Pero en la práctica tampoco es de mucha utilidad ya que recuerda que a Disneyland Paris va gente de todo el mundo con costumbres muy diferentes para comer. Puedes ver a las 12h ya mucha gente comiendo y a las 17h se juntan con los que comen tarde con los que cenan temprano.
La atracción con más colas suele ser Peter Pan’s Flight, seguida de Big Thunder Mountain y Ratatouille. Todas ellas tienen ambientación muy cuidada, pero también tiempos de espera que pueden superar los 90 minutos en hora punta. Son perfectas para ir en la Hora Mágica o a última hora del día.
Nuestra visita de 3 días a Disneyland Paris
Y después de tanta preparación, por fin llegó el momento de vivirlo. Aquí te contamos cómo fueron nuestros tres días en Disneyland París, con sus momentos mágicos, sus colas eternas y sus recuerdos inolvidables.
Día 1. Mañana en Fantasyland
Nuestro primer día en Disneyland París comenzó temprano, con esa mezcla de emoción y nervios que solo se siente cuando sabes que estás a punto de vivir algo especial. Antes de entrar al parque, tuvimos que hacer algunos “trámites logísticos”. Por ejemplo, dejar las maletas en el hotel, o en el coche, aunque esa opción no nos convencía nada. Al llegar al Hotel Newport Bay Club, pasamos el primer control de seguridad en la recepción y nos indicaron dónde estaba la consigna. Todo muy organizado, aunque ya empezábamos a notar que en Disney hay colas… para todo.
Con las maletas a buen recaudo, nos fuimos andando hasta el Parque Disneyland, el principal del complejo, que era el que íbamos a visitar ese día. El paseo, de unos 15 minutos bordeando el lago, fue muy agradable. Ya en Disney Village, tras otro control de seguridad, empezamos a sentir que la magia nos envolvía. Música, decorados, tiendas temáticas… incluso los olores parecían diseñados para despertar recuerdos.
Entramos al parque escaneando nuestras entradas digitales (con QR) en los tornos, y ahí sí: por fin estábamos dentro. Los personajes Disney, la ambientación, la música… todo te hace sentir que vas a vivir un día muy especial. Y lo fue.
Antes de ir directamente a Fantasyland, decidimos quedarnos en Main Street para ver el desfile Disney Stars on Parade, que este año se celebra por las mañanas. Ver a todos los personajes juntos, saludando desde carrozas espectaculares, fue uno de los momentos más emocionantes para los niños. Y para nosotros también, para qué negarlo. Aún recuerdo cómo se les iluminó la cara al ver a Elsa y a Buzz Lightyear pasar a pocos metros.
Después del desfile, caminamos por Main Street hasta llegar al Castillo de la Bella Durmiente, que cruzamos para entrar en Fantasyland. Esta zona está llena de atracciones clásicas, y aunque algunas pueden parecer “para niños”, la verdad es que todos las disfrutamos.
Estas fueron las atracciones que visitamos:
- El Castillo de la Bella Durmiente: no es una atracción en sí, pero es el corazón del parque. Dentro puedes visitar la Galería de la Bella Durmiente, con vitrales y tapices preciosos, y la Tanière du Dragon, donde un enorme dragón animado duerme bajo el castillo. A los niños les impresionó más que muchas atracciones con movimiento.
- Dumbo the Flying Elephant: te montas en unos elefantes que suben, bajan y giran. Está bien, pero no merece la cola que suele tener. Nosotros tuvimos suerte y no esperamos mucho, pero salimos con la sensación de que es más bonita desde fuera.
- Peter Pan’s Flight: esta sí que merece la pena. Es una de las más populares y suele tener colas de 75 a 90 minutos. Volar sobre Londres en barcas suspendidas, con luces tenues y música envolvente, fue uno de los momentos favoritos de nuestros hijos.
- Los viajes de Pinocho: recomendable si la cola no es muy larga. Vas en un vehículo a ras de suelo por escenas del cuento. A los peques les gustó, aunque lo que más comentaron fue la ballena.
- Blancanieves y los siete enanitos: muy parecida a la anterior, pero con ambientación del clásico de Disney. La escena de la bruja malvada les dio un pequeño susto… pero nada grave. De hecho, fue tema de conversación durante la comida.
- Alice’s Curious Labyrinth: una de las más tranquilas y largas. No hay colas, y puedes recorrer el famoso laberinto de Alicia en el País de las Maravillas a tu ritmo. Eso sí, si llueve, mejor evitarla porque gran parte es exterior. Nosotros tuvimos suerte con el tiempo.
- It’s a Small World: otra de las imprescindibles. Te lleva por todo el planeta en barcas, con muñecos que representan diferentes culturas. La música es pegadiza, demasiado pegadiza, y nos acompañó el resto del día. Incluso los niños la tarareaban en la cola del hotel.

No montamos en el carrusel ni en las tazas giratorias, aunque las vimos. Las tazas, en especial, tienen fama de marear, y preferimos reservar energías para lo que venía después.
Para comer, elegimos la Pizzería Bella Notte, con comida italiana muy rica. La pizza con forma de Mickey fue un éxito total. Los niños no querían comérsela… hasta que lo hicieron. Fue una comida rápida pero muy agradable, y nos permitió descansar un poco antes de volver al hotel a descansar un rato antes de seguir por la tarde.
Aquí sí que tuvimos una pequeña pega: la cola en recepción para hacer el check-in fue bastante larga, y perdimos más tiempo del que esperábamos. Pero bueno, ya estábamos dentro del mundo Disney, y eso lo compensa casi todo.
Día 1. Tarde en Frontierland y Adventureland
Después de descansar un rato en el hotel, que nos vino de maravilla tras la mañana intensa en Fantasyland, decidimos volver al parque sobre las 17:30 h. Esta vez cogimos el autobús gratuito que sale desde la puerta del hotel. En apenas cinco minutos te deja en el parking de autobuses, frente a la estación de tren de alta velocidad. Eso sí, desde allí hay que caminar un buen trecho hasta la entrada del parque. De hecho, nos quedamos con la duda de si no habría sido más rápido ir andando directamente desde el hotel.
Una vez dentro, nos dirigimos a Adventureland, donde se encuentra la atracción que más nos gustó de todo el parque. Pero antes, nos topamos con una sorpresa: el espectáculo de la Fiesta Latina de Miguel, inspirado en la película Coco, que nos encanta. Las canciones, el ambiente, los colores… fue uno de esos momentos inesperados que te sacan una sonrisa sin buscarlo.
Este año se celebra el Disney Music Festival, con espectáculos al aire libre repartidos por todo el parque. Verlos todos en tres días es complicado si quieres subirte a muchas atracciones, pero conseguimos disfrutar de varios, y este fue uno de los más especiales.
Las atracciones que visitamos en Adventureland y Frontierland, dos zonas cuyos límites no están muy bien definidos, fueron las siguientes:
- Big Thunder Mountain: sin duda, la mejor atracción de todo Disneyland París. Una montaña rusa de madera que parece no acabar nunca. Tiene una duración sorprendentemente larga para lo que suelen ser este tipo de atracciones. Las colas suelen ser eternas, pero si aprovechas la Hora Mágica o vas por la tarde cuando la gente empieza a marcharse, puedes tener suerte. Nosotros repetimos otro día porque nos encantó. Recuerdo que al bajar, los niños gritaban que querían volver a subir… y nosotros también.
- Phantom Manor: otra de las más famosas. Es una mansión encantada con ambientación gótica, muy bien lograda. Lo mejor es que no suele tener demasiada cola porque entra mucha gente a la vez. Da miedo, sí, pero no tanto como para que los niños se asusten de verdad. De hecho, uno de ellos salió diciendo que quería vivir allí… aunque luego se lo pensó mejor.
- La Cabane des Robinson: una casa en un árbol, ideal para huir de las multitudes. No suele haber mucha gente, y es perfecta para explorar a tu ritmo. A los niños les encantó subir y bajar por las escaleras, y nosotros agradecimos el respiro.
- Adventure Isle y Pirates’ Beach: más que atracciones, son zonas para pasear y disfrutar de la ambientación. No tienen colas, y eso ya es un punto a favor. Nos sentamos un rato en un rincón tranquilo mientras los niños correteaban entre pasadizos y puentes colgantes.
- Pirates of the Caribbean: si has visto las películas, esta atracción es imprescindible. Te montas en una barca y recorres escenas que te hacen sentir dentro del mundo de Jack Sparrow. La ambientación es espectacular, y la tienda al final es una de las más interesantes si quieres comprar algún recuerdo.

Nos quedó pendiente la montaña rusa de Indiana Jones, pero decidimos dejarla para el día siguiente. Ya estábamos cansados y queríamos disfrutar del resto de la tarde sin prisas.
Antes de cenar, aún tuvimos tiempo de ver el espectáculo de Vaiana, también parte del Disney Music Festival. Fue breve pero muy bonito, con música en directo y una puesta en escena muy cuidada.
Para cenar, elegimos Casa de Coco, especializado en burritos. No fue el restaurante que más nos gustó, pero tampoco estuvo mal. Los niños se lo tomaron como una cena “mexicana en Disney”, y eso ya lo hacía especial.
Y así acababa nuestro primer día en Disneyland París. Volvimos al hotel agotados pero felices. Eso sí, no vimos ningún día el espectáculo final con fuegos artificiales, llamado Disney Tales of Magic. En verano se celebra a las 22:40 h, y con niños pequeños, aguantar hasta esa hora se hace complicado. Lo dejamos para otra ocasión… aunque nos quedamos con las ganas.
Día 2. Mañana en Walt Disney Studios
El segundo día fue el elegido para darnos un pequeño capricho: desayunar en el hotel. Y la verdad es que el desayuno del Newport Bay Club fue fantástico. Pensábamos que, siendo un hotel tan grande, iba a ser un caos con tanta gente, pero para nada. Todo fue rápido, bien organizado y con una variedad de comida que nos sorprendió. Eso sí, caro. Muy caro. Pero al menos, por una vez, sentimos que lo habíamos amortizado.
Con el estómago lleno y las pilas cargadas, nos fuimos andando hasta el Walt Disney Studios, el “otro parque” de Disneyland París. Es más pequeño que el principal, pero también muy divertido, especialmente si te gustan los mundos de Marvel y Pixar. A nosotros nos encantó.
Nada más entrar, te encuentras con World Premiere, una gigantesca nave que simula un estudio de Hollywood. Carteles de películas, tiendas, un restaurante enorme… y un ambiente que te hace sentir dentro de un rodaje. Lo atravesamos sin parar de hacer fotos, y al salir por el otro extremo llegamos a la World Premiere Plaza, donde giramos a la izquierda para entrar en el Avengers Campus.

Avengers Campus
Aquí hay tres atracciones principales, aunque en una de ellas, The Twilight Zone Tower of Terror, no montamos. Es una caída libre en interior que seguro que es muy divertida, pero a los niños no les hacía especial gracia… y a nosotros tampoco nos apetecía empezar el día con un susto.
Las otras dos sí que las probamos:
- Spider-Man W.E.B. Adventure: muy, muy divertida. Te sientas en unos vehículos y tienes que ayudar a Spider-Man a eliminar unas arañas robóticas que se han descontrolado. Todo con gafas 3D y moviendo tus propias manos como si lanzaras telarañas. A nuestros hijos les encantó. Y nosotros, que íbamos con pocas expectativas, salimos con una sonrisa de oreja a oreja. Eso sí, acabamos con los brazos doloridos de tanto lanzar telarañas imaginarias.
- Avengers Assemble: Flight Force: una montaña rusa… completamente a oscuras. Te montas, y de repente estás en la oscuridad total, sintiendo el aire en la cara y los loopings sin ver nada. Personalmente, no nos convenció. Lo divertido de una montaña rusa es ver por dónde vas, y aquí eso se pierde. Salimos bastante mareados, y creemos que por eso ya no quisimos probar la otra montaña rusa del parque más adelante.
En esta zona también vimos el primer espectáculo cerrado de nuestra visita: TOGETHER, un musical inmersivo protagonizado por los personajes de Toy Story, que te llevan de viaje por algunas de las películas más famosas de Pixar. No queremos hacer spoiler, pero fue una auténtica maravilla. Incluso valoramos repetir al día siguiente, pero aún nos quedaba mucho por ver.
El Avengers Campus se completa con espectáculos al aire libre de superhéroes y encuentros con personajes. No llegamos a verlos todos, pero el ambiente era espectacular.
Zona Pixar
Volvimos a la World Premiere Plaza y nos adentramos en la zona ambientada en Pixar, donde encontramos varias atracciones, algunas más divertidas que otras. Todo está fantásticamente decorado, con detalles que hacen que te sientas dentro de las películas.
Por cierto, esta zona está en obras. Disney tiene previsto abrir una nueva área dedicada al mundo de Frozen, y aunque actualmente hay un musical de Frozen, justo en las fechas en las que fuimos no estaba disponible. Como el parque no cierra ningún día del año, algunas atracciones y espectáculos pueden estar “de descanso” cuando vayas. Tenlo en cuenta.
Estas fueron las atracciones en las que montamos:
- Les Tapis Volants: las alfombras mágicas de Aladdin. Das literalmente tres vueltas. Se parece a la de Dumbo, pero dura menos. Si no hay cola, adelante. Pero si ves más de 10 minutos de espera… mejor pasa.
- Cars Road Trip: ambientada en la saga de Cars. Y aquí tenemos que decir que nos decepcionó. No tanto por el recorrido, que tiene su gracia, sino por el vehículo. Esperábamos montarnos en un coche rojo como Rayo McQueen, y en su lugar nos subimos a una especie de autobús desde el que no se ve gran cosa. Los niños salieron con cara de “¿ya está?”.
- Cars Quatre Roues Rallye: aquí sí que te montas en coches de Cars que giran sin parar. Muy divertido, pero menos mal que dura poco, porque sales algo mareado. Uno de los peques salió diciendo que el coche “bailaba como en la película”.
- Ratatouille: una de nuestras favoritas. Muy inmersiva, moderna y diferente. Te montas en un vehículo que se mueve por el restaurante de Remy, con efectos 3D y escenarios que te hacen sentir del tamaño de una rata. Nos encantó. Eso sí, marea un poco.
- Slinky Dog Zigzag Spin: te subes en el perro Slinky de Toy Story y das unas vueltas. Muy parecida a las alfombras mágicas. No merece la pena hacer mucha cola para lo que dura.

También están RC Racer, Toy Soldiers Parachute Drop y Crush’s Coaster, pero no montamos en ellas porque justo empezaba el siguiente espectáculo que queríamos ver.
Este espectáculo fue otro de los grandes aciertos del día. Se llama Mickey and the Magician, y trata sobre Mickey, que quiere convertirse en mago pero todo le sale mal… o eso cree él. Durante el espectáculo, se hace un repaso a varias películas de Disney con una puesta en escena espectacular. Nos gustó muchísimo. Los niños salieron diciendo que querían ser magos como Mickey.
Después del espectáculo, comimos en The Hollywood Gardens Restaurant, especializado en hamburguesas y situado dentro del World Premiere. Comida rápida, pero buena. Y con eso, dimos por terminada la mañana en Walt Disney Studios.
Día 2. Tarde de El Rey León
Este segundo día decidimos no volver al hotel a descansar como hicimos el anterior. Y no fue por falta de cansancio, sino porque no queríamos perdernos el espectáculo de El Rey León, uno de los más famosos de Disneyland París. Sabíamos que se celebraba por la tarde en uno de los mejores teatros del parque, situado en Frontierland, y que merecía mucho la pena.
Y vaya si lo mereció. En apenas 30 minutos, te resumen la película con una puesta en escena increíble, coreografías vibrantes y cantantes que lo bordan. No esperes que sea como el musical de la Gran Vía madrileña, mucho más espectacular, claro, pero desde luego, nos encantó. Hubo momentos en los que nos sorprendimos tarareando las canciones sin darnos cuenta, y otros en los que nos quedamos embobados con los movimientos de los bailarines. Fue uno de esos espectáculos que te hacen olvidar el cansancio acumulado.
Al salir del teatro, nos dirigimos de nuevo a Adventureland, porque nos quedaba pendiente una atracción que habíamos dejado para más adelante: Indiana Jones and The Temple of Peril. Esta montaña rusa tiene la mayor restricción de altura del parque: no pueden subir niños de menos de 1,40 m, así que ya sabíamos que no todos podríamos montarnos. La atracción está bien, con su ambientación selvática y sus giros rápidos, pero dura muy poco. Si hay mucha cola, puede que no compense. Aun así, nos hizo gracia ver cómo algunos salían con cara de “¿ya ha terminado?” mientras otros comentaban que el loop había sido más intenso de lo esperado.

Después, repetimos en Pirates of the Caribbean, que nos había gustado mucho el día anterior. Esta vez, al conocer el recorrido, nos fijamos más en los detalles: los decorados, los efectos de sonido, los personajes animados… y sí, volvimos a salir con ganas de comprar algo en la tienda de la salida, que sigue siendo una de las más completas del parque.
Antes de cenar, aún nos quedaba tiempo para otro espectáculo: la Apoteosis Final con la Orquesta, que se realiza frente al Castillo de la Bella Durmiente. En él participan todos los personajes que han estado presentes durante el día en el Disney Music Festival, y es una forma preciosa de cerrar la jornada. No conseguimos sitio junto al castillo, estaba todo abarrotado, pero sí en Main Street, por donde pasan al finalizar haciendo un nuevo desfile. Verlos desfilar al atardecer, con la música envolviendo cada rincón, fue uno de esos momentos que se quedan grabados sin necesidad de fotos.
Para cenar, elegimos Casey’s Corner, especializado en perritos calientes. No estaban mal, aunque como toda la comida en Disneyland París, bastante cara. Lo mejor fue sentarnos en la terraza, viendo cómo la gente salía del parque con bolsas de recuerdos y caras de satisfacción. Nosotros también hicimos lo mismo: visitamos las tiendas de Main Street en busca de algún recuerdo físico que llevarnos a casa. Porque los recuerdos emocionales ya los teníamos bien guardados.
Volvimos al hotel con el cansancio acumulado, pero también con la sensación de haber exprimido el día al máximo. Y aunque no vimos el espectáculo nocturno de fuegos artificiales, sabíamos que lo que habíamos vivido ya era suficiente para recordarlo durante mucho tiempo.
Día 3. Final en Discoveryland
Nuestro último día en Disneyland París amaneció con esa mezcla de emoción y nostalgia que se siente cuando sabes que algo especial está a punto de terminar. Madrugamos bastante, queríamos aprovechar al máximo las últimas horas antes de continuar nuestro viaje hacia Tours.
Como el día anterior, dejamos las maletas en la consigna del hotel, lo que nos permitió movernos con libertad. Por cierto, el check-out en el Newport Bay Club es automático, así que no hay que pasar por recepción ni perder tiempo. Un detalle que, después de tres días intensos, se agradece.
Para desayunar, esta vez optamos por algo más sencillo: el McDonald’s de Disney Village. No fue el desayuno más memorable del viaje, pero cumplió su función. Y además, nos permitió ahorrar un poco después del festín del día anterior.
Entramos por última vez en el Parque Disneyland, justo cuando Mickey saludaba desde la entrada con el himno del Disney Music Festival sonando a todo volumen. Esa música pegadiza nos acompañó durante todo el viaje… y también en el coche, porque no tardamos en buscarla para seguir tarareándola mientras conducíamos.

Nos dirigimos directamente a Discoveryland, la zona más futurista del parque. Aquí nos esperaban varias atracciones que aún no habíamos probado. Las atracciones que visitamos fueron:
- Orbitron: te subes en unos cohetes espaciales que giran y suben y bajan. Es cortísima, como Dumbo o la de Aladdin en el otro parque. Si ves mucha cola, mejor vuelve más tarde. Nosotros conseguimos subir sin esperar demasiado, pero salimos con la sensación de que es más vistosa desde fuera.
- Autopia: esta sí que nos sorprendió. Conduces coches de gasolina por un circuito, y aunque hay unas guías para que no te salgas, tienes que manejar el volante de verdad. Nos gustó tanto que, al bajar, volvimos a subir. Fue divertido ver cómo cada uno intentaba “adelantar” al coche de delante, aunque no se pudiera.
- Los Misterios del Nautilus: no es una atracción en la que te montes, sino un recorrido a pie por el submarino del Capitán Nemo. No hay cola, y la ambientación está muy lograda. Es una buena opción para descansar un poco sin dejar de explorar.
- Star Tours: The Adventure Continue: otra de las que más nos gustó. Te montas en una nave espacial que te lleva por el universo de Star Wars, con gafas 3D y movimientos sincronizados. Muy recomendable. Salimos comentando qué planeta nos había tocado, porque el recorrido varía.
En esta zona está también Star Wars Hyperspace Mountain en la que decidimos no montar. Es una montaña rusa interior, como la de Avengers Campus, y después de la experiencia del segundo día, preferimos evitar otro mareo. A veces, saber cuándo parar también forma parte del viaje.
Aquí también tuvimos nuestro único encuentro con personajes del viaje: Darth Vader. Fue una experiencia muy divertida. El sistema funciona con cola virtual, es decir, te apuntas desde la app y te asignan un tiempo estimado. Cuando se acerca la hora, vas al lugar y entras sin tener que esperar físicamente.
No todos los personajes funcionan con cola virtual, solo los más demandados: Mickey, Stitch, Olaf, las princesas… Mucha gente se queja porque las plazas vuelan en cuanto se abren, pero nosotros tuvimos suerte. Nos apuntamos bastante después de que se abriera la cola y nos dieron hora para 70 minutos más tarde. El encuentro fue breve, pero muy especial. Las fotos con Darth Vader ya están enmarcadas en casa.
Antes de comer, aún nos quedaba tiempo para repetir algunas atracciones que nos habían encantado:
- Peter Pan’s Flight, que sigue siendo una de las más mágicas.
- Big Thunder Mountain, que fue la última en la que montamos. Una forma perfecta de cerrar el capítulo de atracciones.
Para comer, elegimos el que muchos consideran el mejor restaurante de comida rápida de Disneyland París: Cowboy Cookout Barbecue. Lo habíamos visto recomendado en varias guías y vídeos, y no nos decepcionó. Comida tipo barbacoa americana, sabrosa y abundante. Un broche ideal para terminar la visita.
Después de comer, ya no montamos en ninguna atracción. Nos dedicamos a pasear por las tiendas, incluidas las del Disney Village, buscando ese último recuerdo que llevarnos a casa. Aunque, sinceramente, los mejores recuerdos ya los llevábamos dentro.
Sobre las 16:00 h volvimos al hotel, esta vez en el autobús gratuito. Y confirmamos que entre que llegas a él, esperas que venga, te lleva al hotel y vuelves a pasar el control de seguridad, tardas más que si vas directamente andando. Recogimos las maletas, subimos al coche y emprendimos camino hacia Tours, con la sensación de haber vivido tres días intensos, emocionantes y llenos de momentos que no olvidaremos.
Otros consejos para visitar Disneyland Paris
Después de tres días intensos, llenos de magia, colas, espectáculos, comidas rápidas y momentos inolvidables, creemos que hay algunos consejos más que pueden ayudarte si estás preparando tu visita a Disneyland París. Algunos los descubrimos por experiencia propia, otros los habíamos leído antes y se confirmaron. Aquí van, desde nuestra vivencia:
- Alojarse en un hotel Disney: acierto total. Si tu presupuesto lo permite, no lo dudes. Alojarse en un hotel Disney no solo te ahorra tiempo en desplazamientos, sino que prolonga la experiencia. La magia no se queda en el parque: sigue en el hotel, en la decoración, en los detalles, en los personajes que aparecen por sorpresa. Es una inmersión Disney de 24 horas. Y eso, cuando viajas con niños (y no tan niños), se nota.
- El agua es gratis (¡sí, algo lo es!). Una de las preguntas más frecuentes es si el agua es cara. Pues no: es gratis. Hay muchas fuentes repartidas por los parques donde puedes rellenar tus botellas, y también puedes pedir agua del grifo en cualquier restaurante, como en toda Francia. Nosotros llevábamos botellas reutilizables y fue un acierto total.
- ¿Y si llueve o hace calor? Nosotros tuvimos suerte con el tiempo: ni mucho calor ni demasiada lluvia. Pero sí vivimos un poco de ambas cosas, y no supuso ningún problema. Casi todas las colas de las atracciones están bajo techo, así que da igual si llueve o hace sol. Eso sí, si llueve, lleva chubasqueros de casa. Los que venden allí son bastante caros. Un paraguas pequeño en la mochila tampoco está de más.
- La app oficial: imprescindible. Ya lo hemos mencionado, pero lo repetimos porque es clave: descarga la app oficial de Disneyland París. Te permite ver los tiempos de espera en tiempo real, consultar menús, reservar espectáculos, apuntarte a colas virtuales para encuentros con personajes y orientarte dentro del parque. Nosotros la usamos constantemente.
- Lleva algo de comida o snacks. Aunque se puede entrar con comida, no todo el mundo lo sabe. Llevar algo de picoteo (fruta, galletas, barritas) puede salvarte en momentos de espera o entre comidas. Especialmente útil si viajas con niños o si no quieres dejarte un dineral en cada pausa.
- Ropa cómoda y por capas. Parece obvio, pero no está de más recordarlo: vas a caminar mucho. Muchísimo. Así que calzado cómodo, ropa por capas (las temperaturas cambian bastante entre mañana y noche) y una mochila ligera con lo básico: agua, algo de comer, chubasquero, cargador portátil y poco más.
- No te obsesiones con las fotos. Es fácil caer en la tentación de querer fotografiarlo todo. Pero a veces, lo mejor es guardar el móvil y simplemente vivir el momento. Algunas de nuestras mejores memorias no están en la galería del teléfono, sino en la cabeza (y el corazón).
- En los encuentros con personajes te harán fotos que puedes comprar, pero también puedes hacerlas tú con tu propia cámara. Eso sí, lo tienen preparado de tal forma que por la iluminación, las que te hacen ellos se ven mucho mejor.
Cuando la magia se convierte en recuerdo
Volver a casa después de tres días en Disneyland París no es solo regresar a la rutina. Es volver con la maleta llena de recuerdos, con canciones que se te quedan pegadas, con frases que se repiten en casa como si fueran parte del vocabulario familiar, y con esa sensación de haber vivido algo especial, juntos.
Porque este viaje fue una experiencia compartida, una suma de momentos que, aunque parezcan pequeños, una pizza con forma de Mickey, una risa en una montaña rusa, una foto con Darth Vader, se convierten en memorias que duran mucho más que el viaje.
Y si estás leyendo esto porque estás planeando tu propia visita, solo podemos decirte una cosa: hazlo a tu manera. No hay una única forma de vivir Disneyland París. Cada familia, cada grupo, cada viajero lo vive distinto. Pero si algo hemos aprendido, es que la magia no está solo en las atracciones o en los espectáculos. Está en cómo lo vives, con quién lo compartes y en lo que te llevas contigo cuando todo termina.
Así que, si estás a punto de ir… disfruta. Y si ya has vuelto, como nosotros, recuerda. Porque Disneyland no se queda en París. Se queda contigo.